En el año 2000, con herramientas básicas, mucho talento y un taller modesto, Henry inició su emprendimiento. En sus primeros años, se dedicó exclusivamente a la fabricación de muebles, trabajando largas horas para crear piezas que reflejaran calidad y elegancia. La venta de sus creaciones era esporádica, ya que su enfoque estaba en perfeccionar su técnica y construir una reputación sólida.
Fue en 2004 cuando Henry decidió dar un paso decisivo: abrir el primer almacén en Tunja. Este pequeño espacio marcó el inicio de una nueva etapa, donde la empresa no solo fabricaba muebles, sino que también los ofrecía directamente a las familias y negocios locales. Con el tiempo, el negocio fue ganando reconocimiento por la calidad de sus productos y su capacidad para combinar diseños clásicos y modernos, atrayendo a clientes de toda la región.
Gracias al esfuerzo incansable de Henry y el apoyo de su familia, la empresa creció, ampliando su catálogo y su alcance. Hoy, después de 20 años, seguimos siendo fieles al legado de nuestro fundador, manteniendo la misma pasión y dedicación que nos llevó a convertirnos en una referencia en el mercado de muebles elegantes en Boyacá y más allá.